Cuando se
eleva, disolviéndose
en el hueco
azul del mundo,
recogiendo
cuál águila sus patas,
las cuencas oscuras de mis ojos
se inundan, y
nublan la esperanza.
En su vientre
de plata te recoge,
despertándote
del sueño transparente
y el espejo
tallado en esmeraldas
te sumerge en
un tiempo diferente,
que te ahoga,
y crece la nostalgia.
16.1.1980
Norma García Coirolo
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