El Gallo
Su refugio fue una bota,
escocesa y afelpada,
cuando llegaba la noche
allí lo depositaban.
Parecía de peluche,
con el plumón amarillo,
siempre junto a la cocina,
la caja sobre un ladrillo.
Las estaciones pasaron,
el verano se anunciaba,
y el pollo que parecía,
como Gallo ya cantaba.
Y llegó la Nochebuena
y la cena está servida,
y el pollo-gallo será,
la comida merecida.
11.4.2013
Norma García Coirolo
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